Hola Nere,
Ahora sé que debía haber escrito esta carta hace mucho tiempo, que no debí dejarlo para más adelante. Pero las cosas, como la vida se ha encargado de recordarnos, no son como deberían ser, los tiempos no son los mismos para todos, y el día menos pensado nos vamos, sin lógica ni explicación posible.
Tu y yo hemos tenido siempre una relación especial, me has cuidado y te has preocupado por mi aunque, en muchos casos, no te mostrara mis sentimientos de una manera convencional. Sin embargo, siempre me has sabido leer, incluso hace unos días, en un día tan feliz como el bautizo de Nicolás te diste cuenta de que algo me preocupaba, viniste a interesarte, como siempre sin obligarme a contártelo, sólo para que supiera que estabas allí, que podía hablar contigo cuando lo necesitara.
Es horrible que tengan que pasar esto para darnos cuenta de las cosas que no hemos dicho y que ya, sólo podemos poner en un papel que nunca leerás.
Por suerte eras una de esas pocas personas que me conocen de manera completa, que son capaces de percibir el cariño aunque no se verbalice, en muchas cosas, éramos muy parecidos y eso nos mantenía siempre cómplices. Sin embargo eras muy diferente en otras, no te costaba demostrar cariño, conseguías que todos te quisieran, familia, amigos, compañeros de trabajo, siempre te dabas completamente aunque no fueras a recibir nada a cambio.
Sé que estos últimos años han sido maravillosos para ti, encontraste a la persona que te complementaba y me siento orgullosos de haber tenido algo que ver. Además, llegó Pablo, y tu sueño de una gran familia empezó a hacerse realidad, ya te veías rodeada de tus hijos, propios o adoptados, recibiendo todo ese amor que eras capaz de emanar. Siento decirte que ya no podrá ser, no vas a poder disfrutar de todo eso, que el tiempo se te ha terminado y que todo lo que no has hecho en estos 38 años ya no podrás hacerlo.
Desde que mama se fue, has sido la jefa, la que nos ha mantenido juntos, la que nos ha cuidado, la que se ha preocupado de todo y de todos, has sido, al menos para mi, cómo una segunda madre.
Debes saber que incluso al irte para siempre, al dejarme huérfano de nuevo, me estabas ayudando a entender en qué consiste esto de vivir, que es lo importante y por qué hay que luchar hasta que, como a ti, me abandonen las fuerzas.
Te prometo que cuidaré de los tuyos como míos que son, que intentaré tomar tu relevo y mantener todo y a todos cuidados como lo hacías tu, y que aunque tarde, empezaré a demostrarle a todos los de mi alrededor lo muchos que los quiero y lo importantes que son en mi vida.
Gracias Nere
TE QUIERO