Cuando no hay categoría para tu producto

Los consumidores, cuando conocen un nuevo producto o una marca, buscan en su cabeza una «categoría» donde incluirla.

Dentro de esa categoría cada consumidor tiene almacenadas sus experiencias, sus perjuicios, sus conocimientos de otras marcas y productos que ya colocó en esta categoría. Una nueva marca o producto que entra en una categoría ya existente en la mente del consumidor hereda parte de las características de la categoría, las buenas y las malas.

Dentro de la estrategia de marca la categoría es uno de los parámetros fundamentales a tener en cuenta. Debemos estudiar donde, la mayoría de los clientes,  ponen nuestra marca o producto. Debemos buscar que características nos interesa que el consumidor asuma desde el minuto cero y de cuales debemos intentar alejar nuestra marca.

Cuando una actividad no tiene una categoría clara, los consumidores tienden a acomodar la marca en una lo más parecido posible, muchas veces nada que ver con la realidad. Aquí, aunque el reconocimiento o el posicionamiento de marca sea bueno,  al no tener un espacio correcto en la cabeza del consumidor, la marca pierde mucha de su efectividad.

Freedom Finance es un caso claro de falta de «categoría» en la cabeza de los consumidores. Freedom Finance NO es un Banco, NO es un Chiringuito financiero, NO es un prestamista, NO es una empresa de créditos rápidos. Estas suelen ser las categorías donde los consumidores deben incluirnos, ya que no tienen la correcta, «Intermediario Financiero».

Cuando a Freedom lo catalogan en la categoría de:

  • «Bancos«, nuestro producto pierde parte de su esencia. Freedom es independiente, busca la mejor oferta entre todos los bancos disponibles.
  • «Chiringuito financiero«, aquí nuestro producto sufre con las connotaciones negativas que este tipo de categorías suele tener en la mente de los clientes.
  • «Prestamistas«, para la mayoría esta categoría esta ligada a la usura, a los problemas económicos graves, a la decadencia, a la desesperación.
  • «Créditos rápidos«, cuando estamos en esta categoría el cliente nos llama para pedirnos una tarjeta de crédito o un préstamos de 2.000€. Todo nuestro trabajo de publicidad nos trae a un cliente que nos pide un producto que no tenemos.

Nuestra categoría debería ser la de «intermediario financiero» y eso que, la categoría de la «intermediación» implica para muchos consumidores ideas no muy positivas. «El intermediario es el que infla los precios de la fruta, el agricultor los vende muy baratos y al mercado llegan carísimos, se lo lleva el intermediario que además, no hace nada.»

Freedom Finance es un intermediario financiero, pone de acuerdo la oferta y la demanda en temas financieros, por un lado la demanda de financiación de los consumidores y por otro la oferta financiera de las entidades bancarias, y por supuesto, aporta valor. Cada consumidor tienes un perfil financiero y unas necesidades de financiación y cada banco busca un consumidor determinado y ofrece unas posibilidades de financiación diferentes, hacer que la demanda encuentre la oferta, y que la oferta pueda ser cubierta con la demanda adecuada, aporta un gran valor a ambos.

El problema fundamental es que si hacer una marca y posicionarla es complicado, crear en la cabeza de la mayoría de los consumidores una nueva categoría es aun más difícil.

En empresas como Freedom, de respuesta directa, donde todo el presupuesto esta destinado al resultado directo del día a día, es prácticamente imposible destinar un presupuesto suficiente para lograr este objetivo en el medio y largo plazo aun sabiendo que esto provocaría una mayor efectividad de cualquier esfuerzo publicitario.

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